[Se les preguntará:] "¿Qué sucede que no se ayudan unos a otros?"
Pero ese día estarán entregados,
y comenzarán a reclamarse unos a otros.
Dirán [a sus ídolos]: "Ustedes, con su poder, nos forzaron a seguirlos".
Pero [los ídolos] responderán: "No, simplemente no creyeron [en Dios y nos idolatraron],
pues nosotros no teníamos poder alguno sobre ustedes [y eligieron libremente la incredulidad]; eran transgresores.
Hoy se cumple la amenaza que Nuestro Señor nos hizo, y sufriremos el castigo [por nuestra incredulidad].
Nosotros solo los sedujimos y ustedes nos siguieron, desviándose igual que nosotros".
[Entonces Dios dirá:] "Todos ustedes compartirán el castigo.
Eso haré con los pecadores".
Cuando se les decía: "No hay nada ni nadie con derecho a ser adorado salvo Dios", respondían con arrogancia
diciendo: "¿Acaso vamos a dejar a nuestros ídolos por las palabras de un poeta loco?"
[Dios les dirá:] "Él se presentó con la Verdad, y corroboró el Mensaje de los Profetas que lo precedieron".
Ustedes [que rechazaron el Mensaje] sufrirán un castigo doloroso.
Pero sepan que solo se les retribuirá por lo que [ustedes mismos] hicieron.
En cambio, los siervos sinceros de Dios,
ellos tendrán la recompensa prometida:
Los frutos que deseen, y serán honrados
en los Jardines de las Delicias,
donde estarán reclinados sobre sofás, unos frente a otros.
Y [bellos sirvientes] circularán entre ellos con una copa de un manantial eterno,
blanco y delicioso para quienes lo beban,
que no les provocará jaqueca ni embriaguez.
También tendrán mujeres [huríes] de mirar recatado, y de ojos hermosos y grandes,
como si fueran perlas celosamente guardadas.
Y se preguntarán [los creyentes en el Paraíso] unos a los otros.
Uno de ellos dirá: "Yo tenía un compañero [incrédulo]