Cuando ambos se resignaron, y [Abraham] lo echó sobre la frente [a Ismael para sacrificarlo],
Lo llamé: "¡Oh, Abraham!
Has cumplido con lo que viste [en tus sueños]. Así recompenso a los que hacen el bien".
Esa fue una dura prueba.
Pero lo rescaté [a su hijo, ordenando a Abraham que sacrificara en su lugar un cordero] e hiciera una gran ofrenda,
y dejé su historia [como enseñanza] para la posteridad.
¡Qué la paz sea con Abraham!
Así es como recompenso a los que hacen el bien.
Él era uno de Mis siervos creyentes.
Lo albricié con [el nacimiento de] Isaac, quien sería un Profeta virtuoso.
Lo bendije a él y a Isaac, y decreté que en su descendencia hubiera quien obrara el bien y quien fuera abiertamente [incrédulo e] injusto consigo mismo.
Agracié a Moisés y a Aarón,
y los salvé junto con su pueblo de una gran angustia.
Los socorrí, y fueron ellos los vencedores.
Les concedí un Libro esclarecedor,
y los guie por el sendero recto.
Y dejé su historia [como enseñanza] para la posteridad,
¡Que la paz sea con Moisés y Aarón!
Así es como recompenso a los que hacen el bien.
Ambos eran de Mis siervos creyentes.
Elías también era de Mis Mensajeros.
Dijo a su pueblo: "¿Es que no van a tener temor de Dios?
Invocan a Ba‘l, y dejan de lado al mejor de los creadores:
Dios, su Señor y el sus antepasados".