Entre los signos [de Su misericordia] están los barcos que navegan en el mar, grandes como montañas.
Pero cuando quiere, calma el viento y permanecen inmóviles en la superficie. En esto hay signos para todo perseverante, agradecido [con Dios].
O podría hacerlos naufragar a causa de sus pecados, pero Dios perdona muchas de las faltas.
Ya sabrán quienes disputan sobre Mis signos que no tendrán escapatoria.
Lo que se les ha concedido [de bienes materiales] es parte de los placeres transitorios de esta vida mundanal. Pero la recompensa que Dios tiene reservada [en el Paraíso] será mejor y más duradera, para quienes crean y se encomienden a su Señor,
para quienes evitan los pecados graves y las obscenidades, y cuando se enojan saben perdonar;
para quienes responden a su Señor, cumplen con la oración prescrita, se consultan para resolver sus asuntos y con lo que les he concedido hacen caridades,
y cuando son víctimas de una injusticia son solidarios unos con otros [para restablecer la justicia].
La ofensa debe ser retribuida por una pena equivalente, pero quienes sepan perdonar serán recompensados por Dios. Él no ama a los injustos.
Quien se defiende cuando es oprimido, no debe ser reprochado.
Los que deben ser reprochados son quienes oprimen a la gente y se comportan con soberbia en la Tierra sin derecho alguno. Esos sufrirán un castigo doloroso.
Pero tener paciencia [ante las injusticias] y perdonar, es algo que requiere de gran determinación.
Para quien Dios haya decretado el desvío, no tendrá protector alguno fuera de Él. Cuando los opresores contemplen el castigo los verás decir: "¿Hay alguna forma de volver [a la vida mundanal y corregir nuestras elecciones]?"